Hace poco tiempo un entrañable amigo, Alfredo, escribia y describia en su blog (www.nerdencabaret.wordpress.com) lo altamente nefasto que es para una persona no fumadora convivir con una fumadora. Entendido el mensaje expuesto por Alfredo me dispuse a darle vueltas a su queja, más allá de sentirme agraviado por mi condición de fumador.
Tiempo después, casi más de un mes, la mísma respuesta me la han dado los que han llevado la queja de Alfredo, y de mucha gente, al grado de Ley; La Ley Anti Tabaco.
Como todas las leyes que componen la Constitución politica de los Estados Unidos Mexicanos (si lo dices así, como que tiene más credibilidad), son restrictivas y condenatorias, en su espíritu y redacción aunque en el consenso se decrete a favor de un bien y no por restricción a un mal.
Ejemplo, las leyes en ningún momento optan por ser procuradoras, para eso la invensión de un organismo que solamente lleve ese titulo, el de "Procuraduria". Al contrario las leyes tipifican un mal, leáse como crímen, para la sociedad y lo restringen y sancionan. No existe una ley que fomente el respeto por la vida, sino que existe una ley que tipifica y sanciona matar a alguien o atentar contra la vida.
En lo anterior radica mi negativa ante una ley anti tabaco, debido a que en su espíritu es una ley la cual persigue un "algo" que ahora es concebido como un mal para la sociedad, de tal manera que fomenta una tipificación (y casi que una persecusión) de los infractores, restringiendo los espacios en dónde fumar.
"Tú libertad de fumar termina en donde empieza la mía de respirar"
Con el postulado anterior nos podemos ir a un debate bastante largo, puesto que el espacio aereo, al parecer, se reservalos derechos de reflexión así mismo sólo con la mira de concecionar espectro radiofónicos y televisivos. De acuerdo estoy con el respeto a terceros y su espacio vital, así como el respeto por las personas que en libertad, y en facultades plenas, decide hacer con su espacio lo que mejor le convenga.
Como primera reflexión hacía esta nueva ley retomo el argumento de la salud pública, mísma que en éste país está mucho más afectada por la contaminación voraz por CO2, quema de basura, tiraderos clandestinos, sustancias químicas utilizadas en la fabricación de materiales para la construcción, combustibles y fertilizantes agrícolas.
¿Es necesario utilizar un argumento tan fácil como la Salud Pública para delimitar los espacios de fumadores? Creo que no, tal vez el resultado de utilizar el argumento sea la sencillez con la que se puede argumentar, o resguardar, una cacería de brujas a beneficio de "una sociedad".
Es un problema de argumentación llevar a un mal público una desición particular, me parece que requiere otro argumento, tanto para defenderlo como para atacarlo.
Tiempo después, casi más de un mes, la mísma respuesta me la han dado los que han llevado la queja de Alfredo, y de mucha gente, al grado de Ley; La Ley Anti Tabaco.
Como todas las leyes que componen la Constitución politica de los Estados Unidos Mexicanos (si lo dices así, como que tiene más credibilidad), son restrictivas y condenatorias, en su espíritu y redacción aunque en el consenso se decrete a favor de un bien y no por restricción a un mal.
Ejemplo, las leyes en ningún momento optan por ser procuradoras, para eso la invensión de un organismo que solamente lleve ese titulo, el de "Procuraduria". Al contrario las leyes tipifican un mal, leáse como crímen, para la sociedad y lo restringen y sancionan. No existe una ley que fomente el respeto por la vida, sino que existe una ley que tipifica y sanciona matar a alguien o atentar contra la vida.
En lo anterior radica mi negativa ante una ley anti tabaco, debido a que en su espíritu es una ley la cual persigue un "algo" que ahora es concebido como un mal para la sociedad, de tal manera que fomenta una tipificación (y casi que una persecusión) de los infractores, restringiendo los espacios en dónde fumar.
"Tú libertad de fumar termina en donde empieza la mía de respirar"
Con el postulado anterior nos podemos ir a un debate bastante largo, puesto que el espacio aereo, al parecer, se reservalos derechos de reflexión así mismo sólo con la mira de concecionar espectro radiofónicos y televisivos. De acuerdo estoy con el respeto a terceros y su espacio vital, así como el respeto por las personas que en libertad, y en facultades plenas, decide hacer con su espacio lo que mejor le convenga.
Como primera reflexión hacía esta nueva ley retomo el argumento de la salud pública, mísma que en éste país está mucho más afectada por la contaminación voraz por CO2, quema de basura, tiraderos clandestinos, sustancias químicas utilizadas en la fabricación de materiales para la construcción, combustibles y fertilizantes agrícolas.
¿Es necesario utilizar un argumento tan fácil como la Salud Pública para delimitar los espacios de fumadores? Creo que no, tal vez el resultado de utilizar el argumento sea la sencillez con la que se puede argumentar, o resguardar, una cacería de brujas a beneficio de "una sociedad".
Es un problema de argumentación llevar a un mal público una desición particular, me parece que requiere otro argumento, tanto para defenderlo como para atacarlo.
